En nuestro primer post hablaba el director sobre la educación del s. XXI. Es verdad, estamos en la educación y con la generación de las nuevas tecnologías, de las tablets, smartphones… y por ello la educación se tiene que reinventar.
Nos encontramos ante un gran reto, un reto que implica modificar las formas de enseñar.
Ante una sociedad súper informatizada y digitalizada, los docentes debemos y tenemos que subirnos a ese carro… si no estamos nadando contra corriente.
Términos como trabajo cooperativo, ABP (actividad basada en proyectos), flipped classroom, etc deben empezar a formar parte de nuestro vocabulario docente.
No podemos tener alumnos del S. XXI y metodologías del XX.
Nuestro centro apostó hace dos cursos académicos por incorporar las TIC al aula, instalando Pizarras Digitales iniciando un camino hacia esa educación que marcan los tiempos en que vivimos. Uso de unas nuevas tecnologías que debemos realizar de forma controlada, responsable y encaminada al uso educativo y pedagógico de los diferentes aparatos tecnológicos que contamos a nuestro alrededor. Unas TIC que debe cambiar una metodología que no va con los tiempos actuales. Si el alumno está rodeado de “herramientas” debemos usarlas con un fin metodológico en los centros docentes.
Rayuela debería tener un papel fundamental en los colegios y en las familias, como comunicador bidireccional en el día a día, como simplificador de la comunicación e información que debe existir en nuestros días.
No me gustaría olvidarme del WHATSAPP y los grupos que se crean con diversos fines; no olvidemos que el discente tiene una responsabilidad (estudiar, trabajar, atender…) y por tanto mencionados grupos deberían estar encaminados a una función educativa, de ayuda, de herramienta metodológica de nuestros tiempos.
Me gustaría finalizar con una frase de Confucio:”Oigo y olvido, veo y entiendo, hago y aprendo”, lo que el alumnos hace y aprende por sí mismo no se le olvida.